via ferrata de la hermida


Se ha cumplido ya un año largo desde que fuera inaugurada la primera Vía Ferrata en la Cordillera Cantábrica.
Fue una actuación encuadrada en el programa de desarrollo rural Leader Cantabria, que abarca el periodo que va de 2007 a 2012 y tuvo un costo de más de 130.000€
La inversión corría por cuenta del citado programa Leader Cantabria 2007-2013 que está desde luego promocionado e impulsado por la Consejería de Desarrollo Rural que cuenta con la cofinanciación del Fondo Europeo de Agricultura y Desarrollo Rural (FEADER). Todo ello dentro del ámbito de Conservación y Mejora del Patrimonio Rural que tiene como objetivo evitar la pérdida de patrimonio físico y sociológico con el fin de preservar la historia y el basamento de las comunidades rurales.
Esta vía ha permitido la recuperación de un viejo sendero de pastores; se trata del sendero que parte desde el frente del Balneario de La Hermida hasta la Cueva Ciloña.
Lo cierto es que estamos hablando de parajes maravillosos en los que perderse es una gran alegría para el ánimo. Contar además con una vía ferrata alegra además el de muchos aficionados. Es sin duda un gran atractivo para el turismo rural tanto en su faceta deportiva como en la ecológica. Disfrutarla y conservarla es el reto.
Probablemente por eso me pregunto, a un año vista de su inauguración, cual debe ser su estado presente. Y es que no he ido por allí hace tiempo y tengo curiosidad Los montañeros siempre cuidan sus lugares. Y los deportistas y escaladores reparan vías ferratas a cada rato. Es una especie de diversión/convicción la que les lleva a invertir dinero de su propio bolsillo para mantener en buen uso las vías que otros han abierto. Esta solidaridad, este espíritu de compartir, es algo inherente al deportista, al buen deportista nato.
El proyecto se planteó con un trazado ajustado al sendero original y con el uso de materiales que no dejan huella en su instalación. Se señalizó el descenso, para evitar un mayor impacto medioambiental debido a la posible pluralidad de senderos, con el objetivo de minimizar el impacto en el entorno cuyo ecosistema es rico, muy rico, en diversidad.
El equipamiento del recorrido está seguido en paralelo por un cable que permite la seguridad del usuario en todo momento. Su enclave en un medio urbano, la hace proclive al uso masivo por lo que habría que tener en cuenta que la conservación de la Vía Ferrata de La Hermida, ¡es cosa de todos!

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