Ruta celtiberica


La Ruta Celtibérica nació como proyecto en el año 2008 impulsada por el Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda y el Ayuntamiento de Calatayud, ciudad en donde desde el principio se proyectó que estuviera su sede principal.
Este proyecto, magnífico para los que amamos el turismo rural en alguna de sus facetas, tiene como objetivo “ofrecer una visión conjunta de los lugares relacionados con el patrimonio celtibérico …”(sic)
Históricamente el territorio geográfico de la Celtiberia, se sitúa en el Sistema Ibérico Central y sus alrededores, comprendiendo todas las zonas que entran en contacto con las cuencas de los ríos Ebro, Duero y Tajo. En total abarca casi setenta mil km2 repartidos entre Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja y Navarra. Los escenarios por los que transcurre pues la ruta Celtibérica, son muy diversos y todos ellos hermosos marcos para practicar senderismo mientras vas en busca de las huellas del legado que, en esta ruta, aspira a convertirse en el foco para un Itinerario Cultural Europeo.
El quinto del territorio español en realidad, pues cuenta ya con otros cuatro. El Camino de Santiago fue el primero en recibir esta calificación. Siguieron luego Las Rutas del Legado Andalusí, más tarde el Camino de la Lengua Castellana y su expansión en las rutas de los Sefardíes y en el año 2002 se les sumó La Ruta de Don Quijote.
A lo largo de la Ruta Celtibérica, los diferentes yacimientos arqueológicos, centros de interpretación y museos vinculados a este patrimonio concreto, reciben un tratamiento conjunto en el sentido de incrementar su valoración a través de dar a conocer mejor al gran público su importancia.
En la provincia de Cuenca, tres ciudades romanas están incluidas en el gran patrimonio celtibérico. Se trata de las ciudades de Ercávica, en Cañaveruelas, Valeria, en Las Valeras y Segóbriga, en Saelices además del Museo Arqueológico de Cuenca, las necrópolis celtibéricas de Pajaroncillo y Carboneras de Guadazaón, las Minas del Lapis Specularis, en Osa de la Vega y el Centro de Interpretación de Cueva del Hierro.
El Lapis Specularis fue llamado el cristal de Hispania. Es un mineral de Selenio que forma cristales de tal transparencia que era exportado por los romanos para ser utilizado como vidrio. Visitar estos lugares, es emocionante.
Así que sin movernos de los escenarios conquenses, lo extenso de las posibilidades de adentrarnos en este aspecto del pasado histórico, es impresionante.
La Ruta Celtibérica es una indiscutible oportunidad para disfrutar en muchos aspectos. No en vano puede optar al distintivo Itinerario Cultural Europeo, que otorga el Consejo de Europa a aquellas rutas o recorridos que reúnen una serie de valores.  
Hasta el momento, salvo error por mi parte, hay en toda Europa un total de 36 rutas catalogadas con este distintivo.

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